Para qué tengo ojos, si tú ya no me miras
Para qué tener manos, si ya no me acaricias
Para qué tengo voz, si tú ya no me escuchas
Y para qué tengo piel, si no roza la tuya
Para qué existe un sol, si no brilla en tu cara
Para qué se hace noche, si no estás en mi cama
Para qué tengo brazos, si no es para abrazarte
Para qué tengo labios, si no vas a besarme
Para qué, para qué
Para qué, sigo vivo
Para qué un corazón
Que no late contigo
Para qué, para qué
Para qué, Dios mío
Para qué sigo aquí
Si tú ya te has ido
Para qué existe el viento, si no sopla en tu pelo
Para qué cae lluvia, si no estás en mi pecho
Para qué tengo boca, si no tengo tu aliento
Y para qué prender fuego, si no tengo tu cuerpo
Para qué, para qué
Para qué, sigo vivo
Para qué un corazón
Que no late contigo
Para qué, para qué
Para qué, Dios mío
Para qué sigo aquí
Si tú ya te has ido
Para qué, para qué
Para qué, sigo vivo
Para qué un corazón
Que no late contigo
Para qué, para qué
Para qué, Dios mío
Para qué sigo aquí
Si tú ya te has ido
Para qué sigo aquí
Si tú ya te has ido