Se ha devorado el monte
La tibia piel
Que ha olvidado la siesta
En la picada
En la mueca del juncal
Se quedó un atardecer
Balanceando el bronce
Del lomo arisco del río
Y en la serenata
De su voz marrón
Sepulté mil versos
Y alcé en su orilla
Una ilusión
Esta urbana Luna de abril
Y su isleño estío de Sol
Navegan los sueños
Luján arriba
Recuerdo en flor
En la raíz de plata
Del espinel
Danza la incertidumbre
De las orillas
Canoera soledad
La nostalgia es mi canción
Y en este madero
Sonoro, me sangra el río