Subiendo el cerro
el frío se adueñó de mi actitud
y mi gesto,
cruzando mis brazos contra el pecho
en la noche
como a un niño enfermo.
Despeinaba el viento tu salud
y nos ladraba un perro
y todos los barcos con su luz
alumbraban tu pelo.
Yo sólo quiero que recuerdes eso,
que fui un pasajero
allá entre tus sueños,
que fui un pasajero.
Porque hablar de ti
es desterrarse
a los paisajes que me acuerdo,
como intentar hallar la llave de tu voz
en los dominios de un secreto.
Me está dando pena esta canción
que sólo era un recuerdo,
de todas maneras me gustó
rondar el cementerio.
Te hablo de eso,
te hablo de aquello,
te hablo por eso
que fui un pasajero,
allá entre tus sueños